El curriculum oculto es el inconsciente colectivo

1. El curriculum oculto es el inconsciente colectivo. El primero es un concepto de la pedagogía. El segundo de la psicología analítica de Carl Jung. Tanto uno como otro se refieren a lo que no se refiere. A lo que no se refiere en el lenguaje. Lo que no se habla, no existe, podría ser el lema conjunto de ambos términos. Al lenguajear, traemos al mundo la realidad, hasta entonces "sumergida". Al hablar corporeizamos aquello que pensamos y describimos con el lenguaje, ya que hablar es mover, accionar, músculos, huesos y múltiples tejidos y porciones de nuestro cuerpo. Así, el lenguaje, sale de su "armario", deja pues de pertenecer al mundo de lo abstracto, ya que nuestro cuerpo y sus dinámicas no son nada abstracto. Pero lo eran. Basta que ustedes se asomen a través de los buscadores de internet a la "biología del lenguaje", y encontrarán lo escuálidos que son los resultados obtenidos en la búsqueda. Como mucho cuando se habla de biología del lenguaje se llega, si acaso, a las cuerdas vocales. Por supuesto utilizamos las cuerdas vocales para gesticular nuestras voces y nuestras palabras. Pero utilizamos además un sinfin de sistemas orgánicos. Al fín y al cabo es todo el cuerpo el que se moviliza en el proceso de lenguajear. Pongamos como ejemplo esos cuerpos que se manifiestan en las calles de El Cairo. Ahí no hay duda. Gritan, enseñan pancartas, saltan, se abrazan unos a otros/as. Ahora bien, el exacerbado énfasis en el cerebro, por parte de las neurociencias oficialistas, ha llevado a establecer un osado prejuicio hecho ya casi ley. Que el lenguaje (el verbo) es cosa del cerebro mayormente. El cerebro, pues, es, o era, considerado un sistema cerrado, aislado, decapitado, del cuerpo y del ecosistema. El cerebro, o la casta sacerdotal dominante en las neurociencias y en el lenguaje, tomado como algo abstracto, parecían decir aquello de "Yo me lo guiso, yo me lo como". Con la implosión de las Neurociencias "de segundo orden" (Ver cibernética de segundo orden; y sociología de segundo orden de Ibáñez), de la mano de la fenomenología "expandida" al cuerpo y al ecosistema (embodied embeded phenomenology), todas las antiguas neurociencias "cerebrocéntricas" quedan, como si dijéramos, "Con el Kulo al Aire".

Con toda la revolución a la que asistimos en las neurociencias, en la biosemiótica, y en la fenomenología, a lo que asistimos es a un proceso de ecologización de las ciencias biológicas, que andaban bastante retrasadas en relación a lo alcanzado en el pensamiento ecológico. En el pensamiento ecológico, la unidad es el ecosistema, un término inclusivo que abarca arbitrariamente cualquier sistema que queramos considerar, pero conla condición de que son siempre sistemas abiertos, en conexión con otros sistemas. Desde lo más pequeño hasta la Gaya planetaria.

Resurge así con fuerza la consciencia, en sentido fenomenológico, o consciencia fenomenológica, que incluye toda la información que tu cuerpo o el mío se topan en el transcurso de su vivir, a través de la miríada de sensores que los conectan con el Mundo. De toda esta información, hay una porción más consciente, más corporeizada, al ser reforzada a través del lenguajear. Al hablarse de aquellas cosas o procesos del Mundo que antes estaban ausentes de nuestro lenguaje, se materializan a través de nuestras redes neurosemánticas, que abarcan tanto a las redes neuronales que recorren nuestros cuerpos, a todos los sistemas (de todo el cuerpo) relacionados con el lenguajear, así como a la conexión misma que se establece, sensorialmente, con aquellas porciones del medio o ecosistema, que traemos a nuestro lenguaje. El propio concepto de lenguaje, pues, se ecologiza y amplía, constituyéndose como sistema abierto. Todo lenguajea a nuestro alrededor. La vida es una conversación permanente. Puedes estar callado y quieto en la parada del autobús, pero con que abras los ojos podrás apreciar la miríada de conversaciones (en sentido amplio, no solo acústicas) en las que tu cuerpo está embebido, o imbuido permanentemente. Mirlos, tórtolas turcas, gorriones, niñas camino del cole, el viento moviendo las hojas y ramas con fuerza, el chirriar de un freno de un camión, los pasos de alguien que se acerca, o el mismo latir de tu corazón que sientes al acercar tu mano al pecho...

Abrirse, pues, a este mundo conversacional, tan multidiverso, a la sensosfera como mundo de sensaciones, te empodera chamánicamente, pues el el acto del conocer, de observar con atención, con esa mirada tranquila que dejas caer sobre algo a tu alrededor, un fuerte lazo se crea, y se recrea, con aquello que observas. Es la dimensión holista del chamanismo: "Todo es uno", según Serge King ("Los cuatro mundos del chamán"). Y ya no existe ninguna barrera, ninguna separación, entre quien observa, (tú) y lo que disfrutas observando, con tanta placidez, como ensimismamiento. De pronto te sorprendes cuando descubres que el autobús se te escapó, de tan embelesado/a que andabas en tu proceso de conocer, observar, disfrutar. Todo esto, que resulta tan evidente, tanto en tu vida cotidiana, como en las displinas holisticas, como la ecología, resulta(ba) un gran handicap en aquellas disciplinas, como el lenguaje, que seguían ensimismadas, epistemológicamente, encerradas, aisladas, platonizadas, en solo una pequeñísima porción de la realidad, que era el cerebro. Pero no pasa nada. Ya se van renovando todas estas ciencias, como le corresponde...

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